¿Qué pasa con la hipoteca tras el divorcio?
Las previsiones sobre los divorcios que se van a producir este año en España son claras. Según la opinión de muchos abogados expertos en la materia, el número de disoluciones matrimoniales se va a incrementar notablemente. ¿La razón? La crisis económica y sanitaria que estamos viviendo y el estrés que ha generado en el seno de muchas familias.
Durante los meses más duros de la pandemia, las separaciones y los divorcios descendieron alrededor de un 40 %, por razones obvias. Sin embargo, ahora la situación es bien distinta. Tras el obligado confinamiento, un buen número de parejas van a poner punto y final a su matrimonio. Y una de sus mayores preocupaciones será saber qué hacer con la hipoteca de la vivienda familiar una vez que tomen la decisión.
Las posibles soluciones a esta incógnita son muchas. Pero, en cualquier caso, hay algo que está claro: acordar con carácter previo y por escrito quién se queda con la casa y se hace cargo de la hipoteca es fundamental para evitar problemas futuros. Por ejemplo, los que pueden surgir si uno de los cónyuges deja de pagar su parte de la cuota.
La propiedad y el usufructo: dos conceptos muy diferentes entre sí
Este es el error más común de todos: confundir el derecho a usar y disfrutar la vivienda tras el divorcio con la obligación de hacer frente a sus gastos asociados, entre ellos, la hipoteca. Y es que son dos cosas bien distintas.
A continuación, enumeramos todas las posibles situaciones que, en relación con la vivienda familiar, pueden derivarse de un divorcio:
- Ambos cónyuges, de mutuo acuerdo, deciden qué hacer con el inmueble y lo reflejan en el convenio regulador.
- El juez le atribuye la vivienda al progenitor que se queda con la guarda y custodia exclusiva de los hijos en común.
- El juez decide que el uso de la vivienda se cede temporalmente al cónyuge más económicamente desfavorecido de los dos.
- Se elige que uno de los dos le venda su parte al otro.
- Se opta por vender la vivienda y repartir las ganancias de manera proporcional.
En función de diversas circunstancias, estas decisiones podrían tomarse sin tener en consideración quién es el propietario de la vivienda o quién tiene más participación en su propiedad. Sobre todo, si hay hijos menores en común. En cambio, quien sí tendrá en cuenta de quién es la titularidad de la vivienda es la entidad financiera que os concedió en su momento la hipoteca.
De esta forma, puede darse la situación de que, aunque uno de los cónyuges no tenga derecho a disfrutar del inmueble, sí deba continuar pagando su parte de la hipoteca. Incluso aunque se la haya cedido al otro de manera oficial.
¿Cómo puedo dejar de pagar la hipoteca de la casa familiar tras el divorcio?
Para dejar de ser deudor hipotecario (un término que no es exactamente equivalente al de propietario) debes acudir al banco para que este elimine tu condición de titular de la hipoteca. De lo contrario, la entidad podría reclamarte el pago de las cuotas, llegando incluso a actuar contra tus bienes si hay impagos.
La solución a este problema tiene un nombre: novación hipotecaria. Es el procedimiento bancario mediante el cual se procede al cambio de los titulares de una hipoteca. En este caso, se tendría que dejar como único titular al nuevo propietario. Es decir, al cónyuge al que se le ha cedido o vendido la totalidad de la propiedad.
Para terminar, ten en cuenta que, si te vas a convertir en el único propietario de la vivienda tras el divorcio, es muy probable que el banco, al perder a uno de los garantes del préstamo, te exija un aval para aprobar la operación.
Consulta a uno de nuestros abogados de Familia para saber qué procedimiento es el mejor en tu caso.
Recuerda que llamando al 605939305 o accediendo a tuAppbogado podrás recibir distintos presupuestos y elegir al abogado que estás buscando de forma rápida y sencilla.