Ley de Segunda Oportunidad opiniones: lo que deberías saber
Lo cierto es que el asunto de la Ley de Segunda Oportunidad opiniones no es algo reciente. Sin embargo, el hecho de que las entidades bancarias -principales perjudicadas por ella- se opongan ha hecho que desde su implantación avance muy lentamente. Es cierto que en el primer semestre de 2017 se incrementaron los casos de personas que se acogían a ella en más de un 60%. Pero no lo es menos que en términos absolutos 531 concursos de personas físicas siguen siendo muy pocos para el amplio abarque de la ley. Pero, empecemos por el principio ¿qué es la Ley de Segunda Oportunidad?
Ley de Segunda Oportunidad: opiniones y qué es
La Ley de la Segunda Oportunidad nace con la intención de ofrecer a las personas físicas un modo de recuperar su situación financiera tras problemas graves. Antes de que se aprobase en 2015, todo aquel que invirtiese en un negocio propio como emprendedor, o fracasase endeudándose por encima de su capacidad de pago al enfrentarse a una pérdida del trabajo o a una crisis pronunciada se veía en una situación absurda: no podría nunca tener nada a su nombre ni disponer de ingresos sin que le fuesen embargados. De este modo, la normativa viene a dar lo que su propio nombre indica: una segunda oportunidad. Se parte, obviamente de una premisa lógica. Todos podemos fracasar, y si se hace sin mala intención y poniendo sobre la mesa la problemática con buena fé, se pueden alcanzar los acuerdos previstos.
Cuando se habla de la Ley de Segunda Oportunidad opiniones, es cierto que no todo el mundo es favorable a ella. Pero no por una cuestión de que no resulte justa, sino porque su aplicación se ha minimizado desde su entrada en vigor. La normativa prioriza la mediación frente al proceso judicial. Y si hubiese voluntad por ambas partes (acreedores y persona física en concurso), las cifras serían mejores. Pero como la banca suele ser la principal acreedora, el mecanismo no resulta tan interesante como podría ser.
El funcionamiento de La Ley de Segunda Oportunidad
En las bases de la Ley de Segunda Oportunidad se prioriza el mecanismo de mediación. Con él se busca lograr un acuerdo de refinanciación llamado Acuerdo Extrajudicial de Pagos. La ventaja para la persona que se encuentra en una situación económica inviable que le impide hacer frente a las deudas contraídas reside en que se ajustará a su realidad y no a las pretensiones de los acreedores. De ese modo se podría encontrar una salida razonable.
Sin embargo, como los acreedores la mayor parte de las veces pretenden cobrar íntegramente lo que se les debe, y esto hace inviable la operación. El planteamiento de la norma es evitar las instancias judiciales, pero no siempre es posible. De hecho, las principales críticas vienen dadas al hecho de que podría evitarse el tribunal mucha más veces si sobre todo la banca fuese más realista en sus pretensiones. Es más, esas pretensiones acaban siendo mitigadas por el juez, pero supone alargar el proceso y complicar aún más el plan de pagos al deudor.
Procesos acortados con la Ley de Segunda Oportunidad
El proceso de un acuerdo de este tipo es mucho más corto que uno que no se acoja a la normativa. Aunque todo depende de cada caso particular y la situación de deudor y acreedores, de media se podría llevar a cabo en 3-4 meses. En caso de que no se alcance acuerdo alguno, se pasaría a la segunda parte del procedimiento: el proceso de Segunda Oportunidad. Bajo esta tesis se liquidaría de forma organizada el patrimonio del deudor y se abonarían los pagos con acreedores liberándole a él de la deuda. Esto le permitiría volver a empezar desde cero. Hay que recordar que en España, las personas físicas responden con su patrimonio de deudas presentes y futuras sin límite de plazo. Esto impide en muchos casos llevar a cabo una actividad económica o simplemente vivir dignamente.
Ley de Segunda Oportunidad: opiniones de abogados expertos para asesorarte
Las grandes trabas de la Ley de Segunda Oportunidad vienen dadas porque los acreedores suelen tener mayores recursos que los deudores. Al fin y al cabo los últimos son personas físicas. En muchos casos se han arruinado con el fin de perseguir un negocio rentable o una vida mejor. Aquellos con los que contrajeron las deudas suelen tener asesores expertos. Ellos conocen la letra pequeña y se saben todas las acciones para conseguir sacar más. Muchos emprendedores se acogen a la Ley de Segunda Oportunidad sin el asesoramiento experto y acaban cayendo en esas trampas. Una de las más habituales suele ser la de la buena fe contractual.
La cláusula de la buena fe se incluye en la Ley de Segunda Oportunidad y es la que más opiniones contrarias suscita. Pese a que el legislador la utilizó para evitar abusos del deudor, se ha dado la vuelta en la práctica. De hecho, los acreedores la conocen a pies puntillas y suelen invocarla. Hay que tener en cuenta que un fallo por falta de asesoramiento o uno relacionado con mal asesoramiento puede ser susceptible de interpretarse de ese modo. Además, conviene no olvidarse de que el plazo para recurrir a ello es de 5 años. Es decir, la persona que se acoge a la norma va a estar durante ese período vigilada de cerca. Cualquier pequeño error, incluso involuntario o por desconocimiento podría hacerle perder lo obtenido.
Por eso siempre se recomienda recurrir a un asesor experto. Aunque existen diferentes profesionales cualificados, los abogados especialistas en deudas, patrimonio o empresas suelen ser los más adecuados. De hecho, ellos no solo conocen la normativa sino también a fondo los procesos de negociación. De esa manera será más fácil para la persona obtener solución y poder empezar cuanto antes de cero.
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