¿Cómo funciona un control de alcoholemia?
¿Aún no conoces cómo funciona un control de alcoholemia? ¿Sabes qué pasos se siguen y qué indicaciones proporcionan los agentes a los conductores? Generalmente, lo que pasa por la mente de la mayor parte de personas cuando se enfrentan a un control de alcoholemia por primera vez son dudas, nervios e incertidumbre.
Y es que la sola presencia de los agentes de autoridad y las órdenes que nos dan imponen mucho, aunque realmente no sea una prueba en absoluto complicada. Si no has bebido alcohol ni consumido drogas, no debería preocuparte que se interponga en tu camino un control de este tipo.
No obstante, conocer el desarrollo del procedimiento sí puede ayudarte a superarlo con mucha más tranquilidad y seguridad cuando te lo encuentres.
Los controles de alcoholemia, paso a paso
Queremos que sepas cómo funciona un control de alcoholemia y qué acciones se realizan, para que llegado el momento no te lleves ninguna sorpresa. Toma nota y recuerda lo que vamos a contarte:
1. La orden de detención
A lo primero que te enfrentarás al acercarte a uno de estos dispositivos, normalmente organizados por la Guardia Civil, es a la orden de detención. En este sentido, has de saber que no todos los conductores son sometidos al examen. Concretamente, para elegir a quién parar y a quién no, se tiene en cuenta:
- Si lleva a cabo una conducción temeraria o comete alguna imprudencia.
- Los nervios que muestra al aproximarse.
- Su forma de hablar y expresarse.
- Si muestra otros síntomas sospechosos, como temblores o sudoración.
2. La información
Si, finalmente, los agentes consideran que eres susceptible de someterte al control de alcoholemia, pasarán a informarte de todo. Esto es, te contarán por qué te hacen parar y te informarán de que realizar el examen es obligatorio. De hecho, deberán advertirte de que si te niegas a hacerlo tu decisión tendrá consecuencias legales.
3. El análisis
Posteriormente, y una vez el vehículo esté debidamente apartado, detenido y apagado, te realizarán la prueba. Esta consiste en un etilómetro manual, al que se le colocará una boquilla desechable. Cuando esté bien colocada, el agente te pedirá que soples y que no pares hasta que te lo indique.
Has de saber que a mucha gente le resulta algo complicado aguantar mucho tiempo soplando. Si te cuesta, no te preocupes: es probable que se deba a los nervios. El agente te intentará tranquilizar y esperará a que estés listo.
4. El resultado
Por fin, llega el tan temido momento, sobre todo si has tomado alguna cerveza o copa de vino: el resultado del test de alcoholemia. Lo que convendría que supieras en ese momento son los límites que por ley se aplican en estos controles de alcoholemia. Así, más o menos, sabrás qué te ocurrirá en función de lo que hayas bebido.
Si el resultado es negativo o no llega al límite legal, podrás continuar tu camino sin ningún problema. Y, si, por el contrario, das positivo en este primer análisis, el proceso continuará.
5. La segunda prueba y la prueba de contraste
A los conductores que superen el límite en la primera prueba se les somete a una segunda, como mínimo 10 minutos después. Esta se realiza con el que se conoce como etilómetro evidencial, un dispositivo que se encuentra dentro del vehículo policial.Si el resultado vuelve a ser positivo, se sancionará al conductor y se inmovilizará el vehículo. Aunque se podrá solicitar una tercera prueba, la prueba de contraste, que consiste en un análisis de sangre realizado en el centro más cercano. Si tiene la suerte de que este último análisis da negativo o inferior al límite, se le devolverá el dinero de la sanción. Si no, se ratificará la sanción interpuesta.