En ocasiones, los trabajadores pueden ser despedidos sin que el motivo de dicha acción esté relacionado con su propio comportamiento o desempeño laboral. En tal caso se da un despido objetivo, que es la extinción de forma unilateral por parte del empresario de la relación laboral que le unía al trabajador sin que pueda ser justificada ninguna causa de carácter disciplinario.
Dicho de otro modo más sencillo, un despido objetivo es aquel en el que el trabajador no tiene la culpa de la situación que causa su despido, que puede deriva de otros motivos que veremos a continuación. Se trata, no obstante, del más frecuente de los tipos de despidos laborales que hay.
Muchas veces puede ser considerado como un despido improcedente o enmascara un despido nulo. Esto sucede en los casos en los que la empresa no cumple los requisitos formales que se establecen en el artículo 53 del Estatuto de los Trabajadores.