Casos en los que es posible solicitar una excedencia laboral

La excedencia laboral hace posible que cualquier trabajador deje su empleo de manera temporal, para volver a ocuparlo posteriormente. Puedes solicitar una excedencia para, por ejemplo, desarrollar un proyecto propio, atender a algún familiar o completar tu formación.

Eso sí, hay que tener en cuenta algo muy importante. Y es que, aunque la excedencia da al trabajador una prioridad a la hora de volver a su empresa, no quiere decir que la empresa vaya a readmitirlo.   

Las modalidades de excedencia laboral

El derecho a disfrutar de una excedencia laboral viene recogido en el Estatuto de los Trabajadores. Aparte, los convenios colectivos que suscriben las empresas con los trabajadores pueden extender este derecho, ampliándolo y mejorándolo.

En esa regulación, se establece que existirán dos modalidades de excedencia, la excedencia forzosa y la excedencia voluntaria

La excedencia forzosa

Cuando se produce la excedencia forzosa, el trabajador adquiere el derecho a conservar el puesto concreto que ocupa. Y también suma antigüedad durante el tiempo que esté fuera.

Una excedencia se considera forzosa cuando está causada por el ejercicio de un cargo en la Administración que le imposibilita al trabajador asistir a su trabajo. O cuando se trata de trabajadores que realizan tareas sindicales, al menos, de ámbito provincial.

Los trabajadores estarán en excedencia forzosa mientras dure el ejercicio de su cargo en el ámbito público o sindical. En estos casos, la empresa está obligada siempre a conceder la excedencia. Como único requisito, cuando el trabajador termine su labor como cargo público o sindical tendrá que solicitar su reingreso en la empresa antes de que pase un mes. De lo contrario, perdería su derecho al reingreso.

La excedencia voluntaria

En cuanto a la excedencia voluntaria, una modalidad especial en este apartado es la destinada a los cuidados familiares. Puede tratarse del cuidado de los hijos o de otros familiares dependientes. Eso sí, no deben desempeñar actividad retribuida y tienen que ser parientes de, como mínimo segundo grado de consanguinidad.  

Hay que tener en cuenta que el empleado con una excedencia voluntaria solo conserva un derecho preferente a reingresar en vacantes de la misma categoría, y no en su mismo puesto.

Todas las condiciones de la excedencia laboral

El primer requisito para obtener una excedencia laboral es tener, por lo menos, un año de antigüedad en la organización. En cuanto a su duración, si es voluntaria, puede oscilar entre los cuatro meses y los cinco años. Si ya has disfrutado de una excedencia, has de saber que ya no podrás solicitarla de nuevo hasta transcurridos cuatro años.

Es decir, cualquier trabajador puede pedir la excedencia voluntaria, siempre y cuando lleve un año trabajando y no haya estado ya de excedencia en los últimos 4 años. 

Si estás pensando en solicitar una excedencia voluntaria para cuidar de tus hijos, la puedes obtener hasta tres años después de la fecha de su nacimiento. Y, para cuidar de un familiar de hasta segundo grado que sea dependiente y no tenga ingresos, la puedes solicitar con una duración de hasta dos años. En ese tiempo, el período de excedencia computa para tu antigüedad. Y se tiene derecho a acceder a los cursos formativos que la empresa organice.

Estas excedencias por cuidados de familiares permiten al trabajador la reserva de su puesto durante el primer año. O durante 15 a 18 meses si su familia es numerosa. Después de este plazo, se le puede colocar en un puesto de categoría similar.

También es preciso saber que, para disfrutar de una excedencia, el trabajador debe solicitarla a su empresa. Aunque no hay un plazo concreto, es aconsejable hacerlo con suficiente antelación (por ejemplo, un mes), para que la empresa pueda organizarse.

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